Casa Do Mangue-Paraíso Na Beira Do Rio Wi-Fi 300 M

El lugar es encantador.La vista del río un espectáculo.Teca nos recibió muy bien, es muy amable y servicial.Su cocinera, Lora nos preparó maravillosos platos.El lugar es una paz, rodeado de muchos árboles, el canto de los pájaros y la interacción con la naturaleza es realmente sorprendente.Muy bueno para relajarse y descansar.Llevamos a nuestro perro y él puede correr libre todo el tiempo.El lugar está muy bien mantenido.La casa es excelente, limpia y bien equipada.Ropa de cama y baño de calidad.Las fotos solo dan una pequeña idea de lo increíble y especial que es este lugar.Nos sentamos al borde del río Jaguaribe, tomando un vino y contemplamos los buques que pasaban.La noche que hicimos la hoguera y también la barbacoa.Recomendamos el viaje en barco con el Maestro Jau a Praia do Garcez, es imprescindible.Jau es muy discreto y servicial, nos preparó un delicioso camarón, nos trajo agua de coco y proporcionó frío, mesa y sillas, y una sombra.No había nadie más en la playa sino nosotros, un paraíso.Esta mezcla de granja, con playa fue una experiencia mágica.Nos fuimos allí con el gusto de querer más, seguramente volveremos.

Nos gusta todo, ahora queremos volver y quedarnos en la otra casa.La casa superior es más grande, más joven y más equipada, pero la que nos quedamos muy bien y no hay nada de qué quejarse.

Tan pronto como llegamos a la casa de manglar, sentimos que no podríamos haber tomado una mejor decisión para nuestro octavo cumpleaños.La casa es un encanto: está en medio de la naturaleza, rodeada de árboles y pájaros, con una vista espectacular para el río Jaguaripe.Una inmersión en un lugar exclusivo, fuera de tiempo, donde todo se piensa, con el más pequeño detalle, por la anfitriona, Dona Teca, muy amable y súper profesional.¡Todas las comidas fueron preparadas, a pedido por el equipo, superando nuestras expectativas!El cocinero de la casa nos sorprendió por la simpatía y siendo súper calificado.

¡Todo impecable!

La propiedad tiene vistas increíbles en lo alto de una meseta sobre el río con 180 grados de naturaleza intacta.La casa está bien equipada y decorada en estilo colonial hasta los detalles más pequeños.El anfitrión TECA es increíble, una mujer muy auténtica, agradable para pasar tiempo, hablando de la región y la historia de la propiedad.

El ambiente es un lugar muy tranquilo, ideal para pasar un pozo de fin de semana en paz y en armonía con la naturaleza.

Todo muy lejos.La comida, los pueblos, muchos de ellos no trabajan por la noche, un poco distantes de las playas.

Esa es mi segunda vez en la casa.Esta vez con amigos de Suiza, que simplemente se enamoraron de la belleza y la quietud del lugar.Es el escondite perfecto si buscas paz y tranquilidad.